No me quiero acostumbrar a la flor, pues todos los
días quiero verla como una maravilla
No me quiero acostumbrar al amor para no poner
anclas donde deben ir alas
No me quiero acostumbrar a la vida para no echarla
de menos
No me quiero acostumbrar al mar para que no se
transforme en decoración del paisaje
No me quiero acostumbrar al dolor pues sufrir no es
una opción
No me quiero acostumbrar a la injusticia pues sería
injusto hacerlo
No me quiero acostumbrar a mis padres pues
extrañarlos es una delicia
No me quiero acostumbrar a los otros para siempre
sentir curiosidad
No me quiero acostumbrar a la costumbre pues es el
óxido del alma
No me quiero acostumbrar a obedecer porque mataré
la hermosura de pensar
No me quiero acostumbrar a mis defectos porque
dejaré de sentirme especial
No me quiero acostumbrar a tus virtudes para
reposar de alegría cada vez que te vea
Pero me podría acostumbrar no acostumbrarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario