viernes, 3 de julio de 2009

La libre Competencia en Chile, la libertad de pocos.


La libre Competencia en Chile, la libertad de pocos.

Bien, antes de iniciar con el análisis en profundidad, procederé a darle riendas sueltas a nuestra imaginación, que nos ayudará a enrielarnos en la idea central de esta reflexión.
El ejemplo es extremadamente simple, así que controle sus expectativas.

Imagine que usted está participando en un juego bastante serio, que se llama el “juego de la vida”, en la cual usted debe descubrir en el cielo, bajo tierra y en los mares indicaciones precisas de cómo avanzar al siguiente nivel, instrucciones que además le entrega nuevas herramientas para acceder a una mejor alimentación, salud y por sobre todo mejor preparación para avanzar y continuar en carrera, un juego en donde la última etapa se llama desarrollo. Este game dura tanto como usted quiera o hasta cuando el juego mismo acabe (usted se muere de hambre, de viejo, o lo encarcelan). Usted no participa solo, hay millones como usted que deben buscar las mismas instrucciones y sobrevivir.

Para esto a usted y a la gran mayoría (90% de los concursantes) le entregan una cuchara de plástico para que escarbe la tierra, unos lentes de poco aumento para buscar en el cielo y una pajilla de beber para poder respirar mientras busca bajo el mar. Por la otra parte hay quienes reciben, de manera arbitraria por los jueces del juego, una retroexcavadora para buscar en la tierra, un telescopio y unos binoculares para explorar el cielo y para terminar un equipo de buceo para que investigue en el mar.

Las bases teóricas originales del juego indican que todos los participantes están en los mismos derechos y con las mismas herramientas para acceder las indicaciones que nos llevarán a un nivel más avanzado. Acá a usted ya le parece raro lo que está sucediendo, está claro que las reglas no es están cumpliendo, pero a los jueces pareciera no importarles e incluso por su acciones, les acomoda.

¡A jugar!

Volvamos ahora a nuestro mundo, a nuestro consenso de realidad, a nuestra vida.
¿Encuentras justo este juego?, para algunos (los jueces y los elegidos por ellos, cabe la casualidad) es válido que los jueces privilegien a sus conocidos, parientes y amigos para que ganen el juego, defienden su derecho por ser jueces y parte, por que no todos están en condiciones de manejar la retroexcavadora, el telescopio y el equipo de buceo, además, justifican que cualquiera que estuviese en su posición, haría exactamente lo mismo. Conservar todo como está es la misión.

Los otros millones con su cuchara plástica, sus lentes y su pajilla, inician su juego, cavan, miran y respiran toda la vida, algunos con más esfuerzo que otros, pero poco pueden hacer con lo que saben y con lo que tienen. La mayoría se desalienta, otros se frustran e incluso unos pocos delinquen e incluso matan por la envidia y el resentimiento que esta distribución arbitraria que les fue asignada desde un comienzo, quizás desde mucho antes que nacieran

Nuestra sociedad no progresa a niveles superiores de equidad social por los mismos motivos que provocan que no todos alcancen el nivel de desarrollo máximo en este “juego”. Debemos romper con el círculo vicioso social imperecedero que nos tiene en una mediocridad hipnotizante que nos ata la mente al conformismo y a la indolencia por el otro.
Cuando seamos más, cuando sumemos fuerzas, cuando gritemos en coro que no más de esto, en ese momento comenzaremos a tallar un nuevo futuro para nuestro país.

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