viernes, 11 de junio de 2010

El mercado de la Salud.


Ya que estamos dentro de un modelo en donde lo material y el dinero invisible (ese de las bolsas de comercio) es lo más importante, y su lenguaje se aplica a cada uno de las cosas que hacemos, decimos o deseamos, podremos decir en esos códigos que la salud es el principal activo para cualquier persona que desee sobrevivir. Ahora si hablamos de personas y seres humanos, diremos que la salud es indudablemente un DERECHO inalienable que deber ser garantizado por el Estado.

Así se estableció en la convención internacional sobre Salud Primaria en la ciudad de Alma- Ata (Unión Soviética) en el año 1978. Pero muchos años antes, por 1939 un médico nacional y ex presidente de la república, Don Salvador Allende, escribió el libro “La Realidad Médico-Social de Chile” en dónde ya aplica los conceptos de Determinantes de la Salud donde se expone que la vivienda, las condiciones laborales y la educación son factores que influyen en mayor medida (80%) sobre la salud del pueblo. La influencia de la atención del sistema sobre la enfermedad es importante, pero prácticamente no influye para evitar que la gente se enferme y es ahí donde se debe poner el dedo, el ojo y el dinero.

Todos los estudios nacionales e internacionales manifiestan con claridad que invertir en atención primaria, o sea en prevención, promoción y participación ciudadana en salud es más eficiente para evitar que la población se enferme que las inversiones en tratamientos, si hasta la tradición es parte de este sentido común, como el adagio dice “más vale prevenir que curar”. Entonces ¿Porqué no se hace?
Porque la salud en nuestro Chile no es un derecho (a pesar de los retóricos discursos), es un bien transable en el mercado, en las bolsas, es rentable y jugoso. El Estado no puede estar más jibarizado, oh wait! pues claro que sí, en enero de este año se aprobó en el congreso la posibilidad de privatizar los hospitales bajo esas concesiones eternas tan características de nuestros gobiernos, del lado que sea.

Pero muchos médicos jóvenes y de la época del “medio litro de leche” no han perdido la línea correcta de lucha, de ese desarrollo de la medicina y de la salud centrada en el hombre y no en los balances finales. Trabajan con la población, le preguntan sus necesidades, las empoderan y ayudan a que se hagan cargo de su salud y desarrollo. El camino está en la involucración y control de las personas sobre su cuidado, prevención y mantención sanitaria individual y colectiva. Así está descrito en la literatura y así se orienta la medicina que ha dado resultado.

Pensar que el mercado se preocupará del hombre y su libertad es un estupidez por donde se mire, el modelo neoliberal lleva en nuestro país 30 años y hasta el momento no ha pasado nada de lo que se dijo que iba a pasar excepto lo que dijo Friedman (santo patrono del sistema social que nos domina) “Creo que la salud debe ser pagada por la gente y no por el Estado. La mejor forma de ayudar a las personas más pobres es asistiéndolas para que obtengan un mayor ingreso, lo que se puede lograr con un sistema de competencia abierta y una economía y mercados libres" ( 22 de mayo de 1999).

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