domingo, 25 de julio de 2010

Para mis estudiantes



Antes que nada quiero aclarar que nunca será, ni es mi intención que ustedes piensen igual que yo, sino todo lo contrario. La función de un profesor será siempre entregarles las herramientas a sus estudiantes para que ellos sean capaces de encontrar sus propias verdades, inquietudes y caminos hacia la felicidad. Ese es el sentido que veo en la educación, una independencia que nos da nuestro pensamiento, nuestro propio mundo al interior del cerebro y sus millones de neuronas que al relacionarse nos construyen nuestro mundo externo e interno.

La educación es emancipación, es un camino hacia la independencia, hacia la autonomía y hacia la felicidad. Quien no se educa, queda a merced de los brazos de la incertidumbre, de los deseos ajenos, son mano de obra barata, personas prescindibles, sólo números más dentro de los archivos del mundo.

Ahora bien, como docente de educación superior en la mayoría de los casos me toca convivir con estudiantes que vienen con una mutilación cognitiva profunda, los desmembramientos de su capacidad lectora, profundidad de análisis, de pensamiento crítico, agilidad de síntesis y riqueza en el lenguaje son horrorosos. Eso es lo que les entrega el sistema a jóvenes que no tienen recursos para comprar una educación de mayor calidad. Los jóvenes de escasos recursos necesitan más que nadie una educación de alto nivel, emancipadora y creativa, es el único medio que puede romper con la cadena de la pobreza y de la inamovilidad social. Pero como sociedad les entregamos todo lo contrario; un sistema educativo público en claro deterioro, un modelo que sólo te validad por lo que alcanzas a consumir, una sociedad alejada de las artes, una humanidad destructiva, avara y vacía, y luego les exigimos a los muchachos y muchachas que deben cambiar el mundo… que descarados somos queridos amigos.

Muchos de mis alumnos no se leen un sólo libro al año, su lenguaje es reducido, mínimo, básico, monosílabo, desarticulado, ininteligible, primitivo y lo peor de todo “moderno”. Muchos de ustedes queridos estudiantes, son la primera generación de la familia que  accede a la educación superior y esa responsabilidad no es menor. Que ustedes estén estudiando no es una casualidad de la vida, hay un trabajo de sus familias, de la sociedad y de ustedes mismo que hacen posible que ya no tengan que salir a buscar trabajo a los 18 años como lo hicieron muchos de sus padres y parientes. Ahora pueden acceder a un grado de perfeccionamiento en un área necesaria para la sociedad, para ser parte de la construcción de un mejor país, de una mejor sociedad y de un mejor futuro para nuestros y vuestros hijos.

Como profesor de educación superior y cómo amante de la pedagogía y de sus implicancias tengo bien claro sus limitaciones y sus posibilidades. Mis expectativas son altas a pesar de todo lo que nos juega en contra, veo en muchos de ustedes cambios profundos, a algunos les toma más de un año entender los cómo y los dónde, a muchos les toma más de un año entender la importancia del momento de la vida que está experimentando, es la etapa previa a la adultez plena, de ser autovalentes y a crear su propio camino en la vida. Por eso es importante que los docentes nos aseguremos que ustedes salgan con las habilidades necesarias al mundo laboral, a esa selva competitiva que te obligará muchas veces a ser o parecer lo que no eres. Debemos asegurarnos que tienes tolerancia a la frustración y a la crítica, la disciplina es importantísima, quien no es capaz de llegar a la hora para aprender, no nos asegura que podrá llegar a la hora para trabajar.

Quien no da todo por ser más, no merece salir a competir y a dejar a alguien más sin trabajo. Nuestra sociedad necesita de buenos profesionales, de buenos técnicos, de buenas personas y grandes seres humanos. No estoy para formar clones de un modelo, quiero que sean libres en sus pensamientos, en sus ideas, en sus concepciones del mundo pero que además sepan expresarse, debatir, solucionar problemas, criticar, aportar, apoyar y canalizar.

Todos nosotros estamos para grandes cosas en este mundo, todos tenemos el potencial para ser felices, para disfrutar de las cosas simples de la vida, de poder decidir el cómo quiero vivir y el cómo construir nuestra familia y sociedad, pero para eso deben formarse, disciplinarse, leer, pensar, aprender, exponer y preguntar.
Tenemos mucho que hacer, y espero poder acompañarlos en lo que más pueda, y nunca olviden que no hay nada mejor que preguntar y estudiar ante la ignorancia y buscar cuando se duda. Si buscan, encontrarán.

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