Poco a poco las contradicciones
dentro de la Alianza por Chile se profundizan, hay diferencias irreconciliables
entre la UDI y RN en ámbitos morales y políticos que tienen al presidente
Piñera en un tira y afloja para evitar quedar sin respaldo en su impopular
gobierno. Muchos tenemos la sensación que la UDI conservadora es la que manda,
puesto que no permite que se lleven a cabo las grandes reformas políticas que
el presidente desea levantar junto con un transversal apoyo en el parlamento,
un ejemplo de esto es el enlodado intento de transformación del sistema
binominal. Senadores como Ricardo Lagos Weber (PPD) han levantado declaraciones
como “al presidente no lo vamos a dejar solo” lo que evidencia que las palabras
tipo amenaza de Jovino Novoa (UDI) comienzan a tomar sentido para muchos, “o el
presidente gobierna con la Alianza o gobierna con la Concertación”. Esta
encrucijada es una verdadera cuña separatista para los que se sienten apretados
dentro de las lógicas conservadoras de su coalición o incluso dentro de sus propios
partidos. Al interior del partido del presidente un grupo de pipiolos
comandados por la diputada Karla Rubilar y la Senadora Lily Perez, promueven ideas
más liberales las cuales hacen mejor sinapsis con parlamentarios del bloque
opositor que con los simpatizantes de su propio y anacrónico presidente de
partido Carlos Larraín. En la DC por su parte tenemos muestras imperecederas de
lineamientos conservadores tanto en lo moral como en lo económico, que hacen
más sintonía con la centro derecha liberal de la Alianza que con la izquierda
al interior de la (ex)Concertación ¿Qué posible escenario nos deja todo esto?
No es de extrañar que en un tiempo más estos guiños y gustosos roces entre
liberales de derecha y centro derechistas de oposición comiencen a aglutinar una
nueva fuerza política que tendrá que luchar por el poder contra la otra nueva
fuerza que se levanta desde la ciudadanía y el estudiantado, que es más radical
y desconfiada. Quizás esta evolución política es una buena señal dado que si
mantenemos a los ultra conservadores en el poder, se aumentará la fricción
entre la clase política y la ciudadanía movilizada lo que provocará una
cuestión social 2.0, con todo lo que ello implica.
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1 comentario:
Es de esperar, como bien lo dices, que nuevas fuerzas sean capaces de levantarse. Y espero, por el bien de estas mismas, posean un marcado corte histórico, en cuanto a la concepción del porqué las injusticias y la demandas, pero, al mismo tiempo, un sustrato netamente contemporáneo. Si la lucha ayer, y que paradójico que se estén dando las cosas como hace 100 años, fue por las condiciones infrahumanas que el sistema permitía para con los trabajadores, en los cuales se ponía en riesgo la vida misma; hoy lo haga revisando las actuales condiciones, que si bien ya no matan y encadenan, siguen encadenando y generando sociedades infelice.
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