miércoles, 8 de julio de 2015

Sobre la legalización de la marihuana


El proyecto de ley que acaba de aprobarse para discusión, que versa sobre la legalización del autocultivo de cannabis, es un mal proyecto si lo que se busca es salir del paradigma prohibicionista y entrar en el de los derechos esenciales. Ahora bien, si usted sólo quiere y le interesa fumar marihuana por placer, el proyecto es perfecto para usted, podrá volarse con su propia marihuana. Pero algunos vamos más allá de eso.

Hace pocas semanas la CORTE SUPREMA de Justicia dictaminó que las plantas (más de seis) que tenía Paulina (del equipo Triagrama Instituto) en su propiedad NO CONFORMABAN DELITO pues es un acto preparatorio necesario para consumir cannabis de manera privada y/o colectiva. ¿Se dan cuenta? LA JUSTICIA CHILENA en reiterados fallos a liberado a usuarios que han plantado más de seis plantas o que transportaba más de 10 gramos, limitaciones que pone el mediocre y prohibicionista proyecto bien llamado "Ley Cariola", ya que la diputada comunista fue la que más incitó y buscó que el proyecto original que estaba en la Comisión de Salud, el cual estaba a la altura del fallo de la Corte Suprema, sufriese modificaciones que dejase a la marihuana y a sus consumidores en un marco de vigilancia y control que no se da con otras sustancias que, científica comprobadas, son más dañinas y adictivas que la marihuana. 

Hoy muchos celebran que podrán plantar marihuana en su casa, y eso está bien si es lo único que nos interesa lograr en este proceso, pero aún no se ha logrado alcanzar un trato digno a nuestros derechos esenciales, aún se sigue mirando y tratando la cannabis (y con ello a sus usuarios) como droga peligrosa, pues a nadie le controlan la cantidad de botellas de vino que tiene en su casa, o si compra muchas cajetillas de cigarros, así como tampoco se vigila los fármacos en nuestros veladores, siendo que muchos de ellos son extremadamente peligrosos (la 3ra causa de muerte en los países desarrollados son por consumo de fármacos recetados por médicos).

Nos cuesta entender que cuando se trata de derechos esenciales y de nuestra dignidad, las medias tintas y los amarillismos, sólo refuerzan al que domina. Imagínense ustedes que en un país racista, que por su cultura de ignorancia y clase política corrupta y bruta, definiese en el discurso público, que es hora de acabar con la exclusión de las personas de color negro, y que por lo tanto los buses contarán con seis asientos para negros. Algunos dirán que algo es algo y que peor es nada, así que - por mientras - es algo que se debe aceptar. 

No olviden ustedes que este es el primer paso legislativo, y como no tiene <<urgencia>> por parte del Ejecutivo, puede ser un proyecto que duerma por años, y que además, tiene y tendrá aún más <<indicaciones>> por parte de los parlamentarios ignorantes y populistas del crimen, lo que demuestra que si comenzamos con un proyecto limitado, quedará aún más limitado y restringido con el paso del tiempo, una vez que los miedos y las mediocridades le vayan colocando de su cosecha.
Así pues, yo no celebro este proyecto, y eso no significa que no lo considere un avance, pero está muy por debajo del nivel de mirada y de abordaje que ha dejado la Corte Suprema y otros tribunales al no condenar a cultivadores de cannabis por cantidad de plantas o por gramos... pues acá lo que se debe perseguir ( y es lo que propone la cultura de -reducción de daños-), es la intención, la conducta en torno al cultivo; si se cultiva una o 20 plantas y son para consumo privado, no hay delito, y si cultivo una o 20 y las uso para venta, es tráfico. Así de simple, así lo han manifestado los ministros de la corte.

También les llamo a tener cuidado con las figuras de la televisión que se han transformado en las matronas de la marihuana medicinal, cuidado con no ver lo que hay detrás de tanto interés, pues el dinero es un pus que sabe infiltrarse hasta en las mejores intenciones.

No seamos mediocres, ni ciegos, No nos dejemos entusiasmar por los discursos populistas sobre libertades cuando lo que se ha hecho es restringir las mismas, permitiendo que el Estado nos castigue por arbitrariedades idiotas, como las seis plantas... ¿Por qué no siete o cinco? ¿Por qué 10 gramos y no nueve u 11?

Mientras tanto sigamos en rebeldía, sigamos cultivando nuestra propia medicina, nuestra propia Santa María para meditar y ampliar la percepción del mundo sin miedo, pues la justicia nos ampara, no la "ley Cariola" que se viste de dignidad siendo que sólo es un disfraz de mediocridad y baja altura para sostener una discusión profunda sobre lo que entendemos por libertad y dignidad humana.

Planten para su propio consumo en rebeldía, que la CORTE SUPREMA ha dicho que en nuestro espacio privado, el Estado no puede meter su nariz.


Francisco Córdova
Odontólogo

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