domingo, 19 de julio de 2009

Jhon Dewey, El pensador de la Educación. (Extracto del libro "La aventura del Pensamiento" de Fernando Savater)


"(...) LA DEMOCRACIA COMO FORMA DE VIDA

Para Dewey la democracia es básicamente a la vez democrática y democratizadora, porque educa y democratiza. Este programa que el califica como liberal y progresista... piensa a partir de lo que él llama "la crisis del americanismo", que involucionó a los valores eregidos por la sociedad estadounidense del siglo XIX y principios del XXy que colapsaron con la Primera Guerra Mundial y con la crisis de Wall Street de 1929. Su respuesta a esa situación es la más radical defensa de la democracia, mediante la propuesta de un humanismo democrático o, si se prefiere, un democratismo humanista. Para Dewey, la democracia más que una forma de organización política, es una forma de vida un ideal ético que establece dos criterios de valoración. Por un lado democratiza una sociedad que coloca a todos sus miembros en situación de particular en iguales condiciones en lo que esta sociedad tiene de bueno, por ejemplo la salud y la educación. En segundo lugar, es democrática un sociedad en la que la flexibilidad de su estructura asegura una continua readaptación de sus instituciones, mediante la acción y reacción como otras formas distintas de asociación que permite que la gente se vaya relacionando y esto va generando nuevas formas institucionales acorde con las nuevas situaciones.
El orden político de una democracia es nada más que un medio, no es la democracia misma.Es una herramienta, acaso la mejor que se haya encontrado has ahora, para realizar fines que pertenecen al vasto campo de las relaciones, y del desarrollo de la personalidad humana. El sufragio universal, la responsabilidad de los elegidos ante los electores, en fin, todos los otros factores de lo que se llama habitualmente gobierno democrático, no son el objetivo final, no tienen un valor absoluto, son nada más que los mejores medios ideados en una época histórica particular para poder realizar el ideal democrático.
El fundamento en la democracia es la fe en la capacidad de la naturaleza e inteligencia humana, y en la experiencia asociativa de en forma de colaboración y solidaridad. La fe democrática en la igualdad de todos los hombres es la fe de que cada individuo debe tener la posibilidad de ofrecer la contribución de que es capaz, y que el valor de su contribución tiene que ser determinado por su puesto y su función en todo el orgánico de similares contribuciones.
Entre la democracia así entendida y la educación existe una estrecha relación. En cierto sentido, ambos conceptos se identifican. La democracia es en sí misma un principio, un método y una estructura educativa, que plantea que cada miembro de la sociedad la pregunta "¿Quieres ser un hombre libre y aceptas la responsabilidad y los deberes inherentes a la condición de miembro efectivo de la sociedad?". Y recíprocamente, la escuela ideal debe ser el esencial agente distribuidor de todos lod valores y de todos los objetivos que cultiva un grupo social; debe ser por así decir, un laboratorio de democracia.

EDUCACIÓN Y CAMBIO

Dewey propone una reforma de la educación, según la cual, entre otras cosas, debe hacerse desaparecer definitivamente en la escuela la distinción entre las clases sociales. Además, puesto que el alma de la vida social es el trabajo, sobre todo el manual, al que considera fundamental porque engendra costumbres sociales de colaboración, la actividad escolar debe girar en torno a las actividades manuales y las experiencias prácticas. Por otra parte, dice que la escuela es algo así como un taller de democracia, e inevitablemente tiene que haber cierto desorden. La disciplina que vale es la que surge de la vida misma: la disciplina del trabajo, no la disciplina de la apariencia... el educador no debe escandalizarse porque haya en el aula un poco de desorden, si los alumnos están experimentando, ejercitando y creando.
Hay, en fin, un desorden creativo que debe ser respetado. Esto contradice la visión tradicional de la disciplina, entendida como valor en sí misma, que se apoya en la exigencia de control y dominio que la institución solía imponer al educador.
Para Dewey, "uno de los problemas fundamentales de la educación en la sociedad democrática plantea el conflicto entre un anhelo nacionalista y un deseo social más amplio. La primitiva concepción cosmopolita y -humanitaria- sufría de vaguedad y a la vez de órganos definidos de ejercicio y medios de administración. En Europa, y singularmente en los estados continentales, la nueva idea de la importancia de la educación para el bienestar y progresos humanos fue apresada por intereses nacionales, y pertrechada para realizar una obra cuyo anhelo social era definitivamente reducido y exclusivo. Se identificaron el fin social de la educación y su afán nacional, y el resultado fue un marcado oscurecimiento del significado de un fin social."
Pero todavía hay algo más. "Esta confusión - dice Dewey - corresponde a la situación existente de intercambio humano. De una parte la ciencia, el comercio y el arte traspasan las fronteras nacionales. Son sumamente internacionales en calidad y método. Envuelven interdependencias y cooperación entre las gentes que habitan diferentes países. Al mismo tiempo, la idea de soberanía nacional jamás a estado tan acentuada en política como lo está en el momento actual. Cada nación vive en un estado de hostilidad contenida y de guerra incipiente con sus vecinos. Cada uno cree ser el supremo juez de todos sus propios intereses que son exclusivamente propios. Discutir esto es discutir la idea misma de soberanía nacional, que se supone es básica en la práctica de política y en la ciencia política. Esta contradicción, pues no es más que eso, entre la más amplia esfera de la visa social asociada y mutuamente provechosa, y la más reducida esfera de intentos y propósitos exclusivos y, por consiguiente, potencialmente hostiles, exige de la teoría educativa una concepción del significado de - social- , como función y comprobación e la educación más clara que la que hasta ahora se ha alcanzado"
Dewey se pregunta: "¿Es posible que un sistema educativo esté dirigido por un estado nacional y que, a pesar de ello, los fines sociales del proceso educativo no estén restringidos, constreñidos y corrompidos?. Internamente, la pregunta ha de afrontar las tendencias, debida a las actuales condiciones económicas, que dividen a la sociedad en clases, algunas de las cuales se hacen meramente instrumentos para la más elevada cultura de las otras. Externamente, la pregunta está relacionada con la reconciliación de la lealtad nacional, del patriotismo, con la suprema devoción de las cosas que unen a los hombres en fines comunes, independientemente de las fronteras políticas nacionales. Ninguna de las fases del problema puede resolverse con medios puramente negativos. De allí, que no es suficiente cuidar que no se emplee activamente la educación como instrumento para facilitar la explotación de una clase por otra. Deben conseguirse también facilidades de educación de tal amplitud y eficacia que, de hecho, y no de nombre, disminuyan los efectos de las desigualdades económicas y que aseguren a todas las clases igualdad de preparación para sus futuros modos de obrar. Para conseguir este fin se necesita, no sólo una adecuada provisión administrativa de facilidades escolares y el consiguiente aumento de recursos familiares que pongan a la juventud en condiciones de aprovecharse de ellas, si no también aquella modificación de las ideas tradicionales de cultura, materias tradicionales de estudio y métodos tradicionales de enseñanza y disciplina que mantenga a toda la juventud bajo la influencia de la educación hasta que esté habilitada para ser dueña de sus actos económicos y sociales. El ideal puede parecer de remota ejecución, pero el proyecto democrático de educación es un trágico error a menos que este ideal vaya dominado cada vez más a nuestro sistema público de educación.
... Si estas aplicaciones parecen ser remotas en consideración a la filosofía de la educación, esa impresión demuestra que no se ha captado convenientemente el significado de la idea de la educación previamente desarrollada. Esta conclusión va ligada a la idea misma de la educación como una liberación de la capacidad individual en un desarrollo progresivo encaminado a fines sociales. De otra manera el criterio democrático de educación sólo puede aplicarse de manera inconsciente." (...)
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