Pensar en solitario y en comunidad.

Si pienso solo, sin compañiÍa de nada la cosa anda rápido pero poco clara. Es un pensamiento dudoso en un principio y luego seguro de si mismo y déspota. Mas siempre lo dejo a la duda, como verdad a medias, dado que sé que no hay verdad única, el pasado cambia a medida que nuestra memoria cambia y nuestras interpretaciones de los hechos cobran nuevos sentidos y además hay millones de otros seres que interpretan los hechos desde su realidad. Por eso mis pensamientos en solitario, aquellos establecidos conmigo mismo son de paso, hasta su reafirmación o destrucción con un par.

Declaro públicamente mi necesidad de debate frente a hechos y/o ideas para poder solidificar, desenmascarar o desmenuzar concepciones de mis verdades. Hablo de verdades porque al descubrir una distorsión antagónica de lo que persibo, la mentira, descubro una verdad o una posibilidad de verdad, por ende siempre es positiva la mentira descubierta, dado que de por sí es una verdad en consecuencia. Sin diálogo, mis ideas son ilusiones de lo que puede ser un concepto o hecho, sin sustancia práctica, dado que su uso deja sembrado de dudas mi actuar, lo que nunca es bueno.

Pues ¿de qué me sirve el blog?, una buena pregunta; para conversar conmigo mismo, para dejar constancia de mi realidad inmediata, creo un espacio de debate con quien sea aunque ese quien no llegue nunca. Analizar lo analizado, usar mi metacognición es entretenido, me divierte y me hace sentir bien. Hay un otro yo detrás de mis textos, algo que impulsa a decir cosas sin que las haya pensado antes... dejo que las cosas salgan, que explote mi subconsciente y se materialice en un texo, un registro de lo que soy por dentro, de lo que quiero ser y lo que no quiero ser.

Ya cuando tenga un compañero(a) de debate, cuando enfrente estas ideas con un otro, cuando exista y se exprese otra realidad mi visión cobrará sentido, será una base de más ideas ya expuestas a la verdad de otro, es válida aunque nunca verdadera, porque lo verdadero no existe como tal, dado que la verdad y lo verdadero es sólo un acuerdo entre dos o más sobre lo uno o lo otro.